Sanar tu cuerpo con el poder de tu mente

Las personas que habitamos este planeta somos seres creadores que inventamos, creamos, construimos la realidad que vivimos, esta idea no es nueva, la han planteado diferentes filosofías, pensamientos y religiones a través del tiempo, pero lo que sí es relativamente nuevo es que también la ha hecho la ciencia.

Así presenciamos como cada vez más, la medicina occidental, se inclina a aceptar que existe una fuerte relación entre el cuerpo y mente y/o cuerpo y emociones. Por ejemplo la Psiconeuroinmunobiología estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mente y la fisiología del ser humano.

Esto ha dado cabida a plantear la manera en que los sentimientos, las relaciones conflictivas, la represión o negación de emociones influyen en el organismo y en su funcionamiento y también como ciertas formas de pensar activan o desactivan nuestro sistema inmunológico.

Nos encontramos entonces ante una gran verdad: todxs y cada unx forja su propia realidad, estemos o no conscientes de ello. Me podrán decir entonces ¿Cómo se puede explicar que me genere cosas desagradables o que  tenga cierta enfermedad o padecimiento? ¿Cómo puedo hacerme algo así?

Bueno pues como ya lo dije, lo hacemos a veces de manera inconsciente, pero también debemos entender que no somos víctimas, ni  la enfermedad es del todo negativa, porque nos permite hacer un alto en nuestra vida (lo que significa unos días de descanso en medio de una vorágine de actividades), nos regala el tiempo para centrarnos en nosotrxs mismxs y reflexionar (sobre las emociones que nos están saturando, los pensamientos que se volvieron obsesión, algún suceso traumático que no hayamos superado, los programas mentales con los que crecimos o algún voto kármico); hacernos una bola de análisis clínicos que tal vez hemos ido posponiendo, apapacharnos, permitir que recibamos amor, atenciones y ayuda de lxs demás (muchas veces como mujeres cuidadoras es la única oportunidad que tenemos).

Es decir, la enfermedad se presenta por diferentes razones, pero es un mensaje invaluable que nos da la posibilidad de hacer un cambio en nuestras vidas y de crear una realidad más armónica.

Para hacer esto último, es necesario primero, esclarecer qué fue lo que la provocó (qué emoción, qué patrón mental, qué suceso) y después estar dispuestxs a cambiarlo.

Para alcanzar el cambio, existen diferentes técnicas de las que podemos echar mano y realizarlas nosotrxs mismos, porque después de todo, si nosotrxs nos enfermamos ¡también podemos curarnos!

 

Cambio de enfoque

Salte del círculo que te enferma y te hace daño de manera consciente.

  1. Piensa en positivo. Consiste en valorar los aspectos en nuestra vida que son armónicos (en nosotrxs, con lxs demás, en la vida en general) y lo podemos hacer, por ejemplo, creando una lista de las cosas positivas y bendiciones que tenemos que puede incluir tanto cosas materiales (una linda o bien ubicada casa, dos piernas o dos ojos sanos, una bella voz, la posibilidad de poder pagar un gimnasio, contar con seguro médico, con un buen trabajo, con dinero para ir de vacaciones, etcétera) como inmateriales (la capacidad de movilidad, una relación positiva y constructiva con alguien, gente que te apoya…) Este ejercicio  ayuda a que desenfoquemos lo negativo y nos centremos en lo positivo.
    No olvides hacer eso que disfrutas  y te da felicidad (ir al cine, bailar, andar en bici, ver a tus amistades, etcétera) entre más lo hagas mejor te sentirás
  2.  Agradece. Una vez que se tengas la lista, sugiero que se agradezca todos y cada uno de los puntos que escribiste porque el agradecimiento refuerza la energía de las cosas y las atrae por añadidura. Sé que resulta difícil cuando se está enfermo agradecer la salud, pero si lo que tenemos es la presión arterial alta, debemos agradecer que el resto de los sistemas funcionen a la perfección, o a lo mejor en tu trabajo no eres del todo feliz, pero si te permite pagar las cuentas ¡Agradece que sirva para eso! Ya luego puedes trabajar en construir el trabajo de tus sueños.
  3. Respira. Se ha comprobado que respirar abdominalmente reduce la preocupación, produce cambios en el cerebro, favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina, conocidas como las hormonas de la felicidad y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
    Respirar abdominalmente te da la oportunidad de cambiar el foco de atención de eso que te molesta a tu cuerpo y por añadidura dejarás de prestarle atención a pensamientos y emociones negativas. Un minuto de negatividad equivale a seis horas de malestar.

Amabilidad

Se amable contigo y con lxs demás porque  y lo que damos es lo que recibimos.  Puedes empezar usando buenas palabras porque los pensamientos y las palabras son energías vitales con el poder de interactuar con el organismo y producir cambios físicos profundos.

De acuerdo a cómo nos hablamos, moldeamos nuestras emociones y estas a su vez cambian nuestras percepciones. No vemos al mundo como es, vemos el mundo que somos.

Esto significa que podemos crear nuestra salud a través de las palabras en forma de afirmaciones, decretos, oraciones y/o fiats.

  1. Afirmación: Dar por cierto algo, confirmación o ratificación de la verdad. Son oraciones gramaticales que se componen de palabras positivas que  nos ayudan a limpiar aquellos pensamientos, patrones y paradigmas que quedan anclados en el subconsciente. Como por ejemplo: “Vivo, disfruto y celebro cada momento de mi vida”, “Me amo y me apruebo a mí mismx” o “Con placer me libero del pasado. Estoy en paz”.
    Lo mejor es que construyamos las afirmaciones de acuerdo a lo que queremos cambiar o atraer hacia nuestra vida.

Meditación

Esta práctica le traerá paz a tu mente. No se trata de poner la mente en blanco durante una hora, se trata de concentrarte en el aquí y el ahora y puedes empezar con 10 minutos al día e ir subiendo gradualmente. El truco está en no hacer otra cosa ni pensar en nada más que no sea tu cuerpo o colores, si algún pensamiento llega a ti, velo pasar como nubes en el cielo y no le des vueltas ni intentes buscarle sentido, céntrate en tu respiración y sensaciones.

Serenar tu mente y tu consciencia aporta grandes beneficios a tu bienestar físico, emocional y mental.

Conforme avanzas en esta habilidad, contacta con  esa energía superior con la que te identificas y permite que la Ley de la Atracción entre en funcionamiento. Irás notando como tu campo energético se purifica y tus órganos, tejidos y sistemas se mantienen sanos.

Ejercicio

como seres multidimensionales que somos (cuerpo, emociones, pensamientos y espíritu) es importante que además de cambiar y curar las emociones y los pensamientos, mantengamos nuestro cuerpo físico en equilibrio y armonía.

Para esto no hace falta hacer un esfuerzo sobre natural, con mantenernos en movimiento y hacerlo de manera conciente, nuestro cuerpo físico encontrará ese equilibrio que le devolverá la salud. Caminar, nadar o practicar disciplinas como el Yoga o el Chi Kung aportan grandes beneficios.

 

Estas técnicas no se deben tomar como un sustituto de un tratamiento médico, si la enfermedad está en el cuerpo debes ocuparte físicamente de ella; sin embargo ayudan a sanar de fondo la dolencia, a sanar el alma, las emociones y los pensamientos que las generaron, y así evitarás que la enfermedad regrese.

Para hacer el proceso de crear tu salud todavía más efectivo, la medicina alternativa es una muy buena opción. Tratamientos como las sesiones de Reiki,  son muy eficaces para complementar tu camino al equilibrio y la armonía.

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